Sabañón. Una palabra hoy desconocida para las nuevas generaciones. Muchas pieles no conocían en otros tiempos invernales sino este vocablo cuya etimología me es desconocida. Ni siquiera Joan Corominas en su Diccionario etimológico lo sabe. Se limita a decir que se trata de un término compartido en otras lenguas próximas -saballó catalán, sagallón aragonés, saualhoun gascón- que se aplicaría a un gusano, porque se pensaba hace siglos que era un bicho el que causaba la ulceración o la inflamación. Lo cual me hace pensar en cuántos sustantivos, comunes o propios, han llegado a la vida sin conocer a sus padres.
(Me llegan voces lejanas: a fulanito le han salido unos sabañoñes...)
