117.


Que lo que razones no lo impongas nunca a los otros. Primero piénsalo dos veces, para poner a prueba la razón y el razonamiento. Después, deja que el otro acepte o no tu propuesta. Probablemente él necesite un tiempo diferente para asimilar, simplemente porque su ritmo es distinto, su capacidad de asimilación más lenta y su estómago intelectual tenga otra contextura.