31.



Diálogo (probable ¿y jocoso?) de neuronas sobre la actividad de mensajería del móvil que se trae un usuario común. Una: ¿cuánto has tenido que trabajar hoy? Otra: moverme en múltiples direcciones, bastante, pero no sé para qué. Una: ¿crees que el individuo nos lo agradecerá? Otra: nosotros cumplimos la función, pero dudo que nos la reconozcan. Una: ¿no te sientes agotada? Otra: sí, pero aunque perezca no me preocupa, habrá compañera que me sustituya. Una: ¿te parece que el usuario sabrá más? Otra: no, todo lo contrario, delega demasiado en el instante y margina el tiempo con el que podría afirmar su pensamiento. Una: que lo veamos nosotras más claro que él ya tiene mérito. Otra: que él no se entere del desperdicio de sus horas y de lo desocupado que tiene su espacio da pena. Una: bueno, nosotras a lo nuestro. Otra: sí, lo nuestro es mover constantemente la capacidad de iluminar el cerebro del hombre. Una: no somos responsables de que el hombre no sepa utilizarnos. Otra: en absoluto, estaría bueno, que el tipo se apañe y que si le faltan luces reclame al maestro armero.